Para pensar en el futuro de una planificación urbana, es indispensable tener en cuenta ejemplos positivos y negativos del desarrollo de los acueductos que llevan agua a la ciudad. Caracas, la capital de Venezuela, es uno de muchos ejemplos de lo que puede ir mal en el desarrollo de un acueducto para surtir una ciudad y los retos que este presenta. Pero, ¿el responsable es realmente el acueducto?
Racionamiento
El diagnóstico de la capital venezolana es claro. Sus habitantes pasan, en promedio, cinco días a la semana sin agua, a raíz de un racionamiento programado. A la capital la surten tres sistemas que están, por problemas de mantenimiento e infraestructura, muy por debajo de sus capacidades. Esos tres sistemas vienen del mismo río, el Tuy, un curso de agua cerca de la capital.
La construcción del sistema Tuy IV, que solventaría el déficit de agua en la ciudad y evitaría que deba buscarse agua a más de 100 kilómetros, en el embalse de Camatagua, aún no se ha concretado. Asimismo, los diferentes embalses de gravedad ubicados en los linderos de la ciudad tienen un funcionamiento deficiente. Todo esto sumado a los problemas eléctricos que existen y dificultan el bombeo de agua.
Pozos como solución
La situación del agua en Caracas no es ninguna novedad, pues incluso Gabriel García Márquez escribió una crónica de eso cuando vivió en la ciudad. La planificación del acueducto metropolitano es acorde, pero no se ha puesto en práctica. Ante eso, muchos gobiernos locales y empresas privadas han optado por la instalación de pozos de agua profunda, lo que es motivo de preocupación al poder alterar el nivel freático de la superficie.